La representante de la Asociación de Esposas de Suboficiales y Sargentos de las Fuerzas Armadas, Sandra López, denunció ayer que es víctima de una persecución del Alto Mando Militar para acallar los reclamos de los militares de bajo rango, que tras un año de las primeras movilizaciones aún está latente.
"Quiero hacer conocer que sigo con una persecución política en mi contra. No es nada tranquila la vida que uno tiene. Ahora los tres suboficiales siguen presos, otros no han vuelto de sus destinos y el Alto Mando Militar no quiere que se diga nada al respecto. Es una manera cobarde de hacer las cosas”, manifestó López.
Aseguró que es procesada por la vía penal después de participar en las marchas de abril del año pasado en las que los militares de bajo rango pidieron modificar la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA) para eliminar la discriminación y el racismo dentro de la institución castrense. "Mediante los medios de prensa quiero dar a conocer que me siguen persiguiendo. Pido garantías a este Gobierno porque somos perseguidas con otras compañeras. Responsabilizo al Alto Mando por la vida de nuestros hijos, de nuestras familias, de mi persona también”.
Producto de aquellas marchas los entonces dirigentes de suboficiales y sargentos: Johnny Gil, Freddy Sucojayo y Franklin Colque, permanecen con detención preventiva desde hace un año en carceletas militares, sin una respuesta a su situación que empeoró con la vacación judicial militar que empezó en noviembre del año pasado.
La nueva LOFA, que se trabajó sin la participación de los movilizados, es analizada por el Ejecutivo para remitirla a la Asamblea Legislativa.
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