Radares de fabricación francesa fueron comprados y se instalarán este año. Pero el Gobierno decidió rearmar a las Fuerzas Armadas (FFAA) para acompañar este avance tecnológico con la compra de 20 aviones caza y 40.000 fusiles de última generación, confirmó a EL DEBER el ministro de Defensa, Reymi Ferreira. Un analista calcula que las dos últimas adquisiciones requerirían una inversión de $us 140 millones.
El ministro recordó que el Gobierno cerró en 2014 un convenio de cooperación y un crédito con Francia para la compra de los radares.
Evo Morales puso la varilla alta cuando anunció el repotenciamiento, el sábado. “Las FFAA deben ser fuerzas armadas y no desarmadas”, dijo.
Ferreira apuntó que el país dispone de aeronaves caza bombarderos T-33 en La Paz, K-8 en Cochabamba y en Santa Cruz algunos aviones antiguos, en los que se hace instrucción, pero no tienen la capacidad ni condiciones que se necesitan para hacer una intervención efectiva.
“Requerimos dos flotillas de 10 cada una, estamos hablando de 20 aviones caza. Tenemos cinco ofertas que han llegado, lo que no quiere decir que se elija entre ellas. Hay opciones en la industria brasileña, la francesa, la china, la rusa y la argentina”, aseveró.
Ferreira evitó proporcionar montos de la inversión. “El presidente solicitó que se haga con la austeridad general del presupuesto”. Se le preguntó si son decenas de millones de dólares, y él respondió: “No sé, pero cuando tengamos todo decidido, podremos dar a conocer el monto general”.
El analista en defensa Samuel Montaño señaló que lo que buscaría el Gobierno son aviones de entrenamiento. “Si revisamos el mercado, ni EEUU ni Europa venderán cazas. Los modelos Mig 21 de Rusia o China. Cada uno cuesta de 5 a 10 millones de dólares. Vamos por lo más bajo, serían 100 millones y es demasiado. Hay que pagar no solo los aparatos”.
De hecho, “Argentina tiene aviones de entrenamiento Pampa, no son de caza. Brasil ofrecería el Tucano o el súper Tucano, que tuvo buenos resultados en Perú, o Colombia, en la contrainsurgencia”.
El ministro manifestó que el objetivo es evitar el ingreso de aeronaves clandestinas. “En un 90% este problema tiene que ver con droga o tráfico de otros elementos como armas”, manifestó.
Desde 1979, en el Gobierno de David Padilla Arancibia, no se renovaron los fusiles que manejan los efectivos de las FFAA. “Buscaremos una reposición completa de 40.000 fusiles de última generación, una cuarta parte iría a la reserva y todo lo demás en activo”, dijo.
Montaño señaló que un fusil de última generación cuesta $us 1.000 por unidad puesto en puerto. “Eso significaría una inversión de $us 40 millones. Y, además, trabajan con fusiles FAL, hay que comprar un calibre similar”, precisó
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