Monday, December 29, 2014

Silencio mortal, jóvenes continúan cayendo en los cuarteles de Bolivia



No importa lo altos que sean los muros, porque el hermetismo se siembra ni bien entran los cadetes a formarse en la Escuela de Cóndores de Bolivia (Esconbol).

El curso de Cóndores Satinadores en la escuela que proyectó el dictador más sanguinario de la Historia de Bolivia, Luis García Meza, sigue cobrando víctimas, y aunque la representante de la Defensora del Pueblo en Tarija, Gladys Sandoval, considera que se ha mejorado ligeramente, la materia de Derechos Humanos que hace tres años se acordó incluir en la malla curricular sigue sin impartirse, según denuncia el propio Defensor Rolando Villena.
El 18 de diciembre, una semana antes de Navidad, Edson Clinton Cruz Llave fue evacuado de urgencia hacia el Hospital Rubén Zelaya de Yacuiba donde tras ser examinado se dio por muerto. El cadáver fue devuelto de inmediato a las dependencias de la Escuela de Cóndores todavía con el uniforme militar puesto. En el lugar se apersonaron de inmediato la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo, pero el informe tardó en ser público. “Lo raro es que nadie ha querido dar ninguna información. En el hospital hay un examen postmortem y ya se podría saber si hay signos de violencia y cuáles son las causas, pero con silencio absoluto se ha retirado el cuerpo y se ha llevado a Sanandita” declaró Sandoval apenas dos horas después de conocerse la noticia en los medios locales.
El informe llegó un día después y se corrigió hasta dos veces. Cruz, al parecer, era el encargado de la cocina, y aquella mañana se levantó muy temprano para calentar el desayuno. Según el informe, Cruz decidió recostarse unos minutos sobre una colchita al pie de los fogones. Media hora después, sobre las 4.00 de la mañana, el olor a quemado despertó a algunos compañeros que acudieron a su auxilio. Ahí la versión empieza a variar. En la primera instancia se señaló que el joven aún tenía signos vitales y fue evacuado de urgencia hacia las instalaciones de Cossmil, el seguro militar, donde tampoco se pudo hacer nada por reanimarlo y cerca de las 06.40 se lleva al Hospital Rubén Zelaya, donde se certifica su defunción.
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Yacuiba (Felcc) capitán Ever Cossío, informó que tras realizarse la autopsia de ley desde las 08.00, se llegó a determinar que el soldado de la Escuela de Cóndores de Bolivia (Esconbol) murió a causa de una asfixia por inhalación de monóxido de carbono. Sin embargo, en su declaración reveló que “La hipótesis de asfixia se confirmó, pero se observa que si el mismo ya estaba sin vida en el cuartel, por qué lo trasladaron al hospital, ya los médicos de la Cossmil, debían haber visto si tenía signos vitales, porque al moverlo han contaminado el lugar del hecho”, dijo.
Cruz sabía servir, había encontrado ese punto de felicidad al servir al otro y por eso a nadie de su entorno le extraña que se hiciera cargo de la cocina. Cruz quería ser médico y había decidido cumplir con su país antes de empezar la carrera. Sus padres, al llegar al aeropuerto, tenían ese rostro de incredulidad, la mirada perdida de la que cuesta arrancar las lágrimas, sabían lo que era Sanandita y todas las historias que circulan sobre ese lugar inspirado en la Escuela de las Américas y construido en el infierno verde chaqueño no por casualidad, sino para aprovechar las condiciones más extremas, pero no podían creer que les pasara a ellos. “Estamos destrozados, al ver a nuestro hijo sin vida, quien ha decidido cumplir a la Patria, y ahora me lo entregan muerto, lloro porque sus sueños se han ido”, indicó el padre del conscripto quien pedía una investigación “que no quede como la del subteniente Poma”.

La tortura de Grover Poma
El 9 de febrero de 2011 fallecía en la Esconbol el subteniente Grover Poma en una práctica de la materia “Combate Cuerpo a Cuerpo” que la web elsistema.info, especializada en la lucha por los Derechos Humanos, define como “una materia en donde el soldado o cadete es adiestrado en técnica de defensa personal. Dentro de la enseñanza son habituales los combates uno a uno. Sin embargo, el combate suele desarrollarse tres o hasta siete personas contra uno o los dos soldados, si uno de los contendores demuestra debilidad en sus golpes o no responde de forma agresiva contra su adversario. Esto ocurrió con Poma, que fue brutalmente golpeado por órdenes de un instructor, por no rendir con las exigencias de esta materia cuando se enfrentaba en combate con un camarada”.
Poma murió y el cuartel se cerró hasta que las enérgicas protestas de la Fiscalía y la Defensoría, que no podían tolerar que la institución castrense vetara los procedimientos civiles, permitieron el ingreso. Nadie sabía nada y aún hoy todo es incertidumbre. Dos años después, el 22 de enero de 2013, el Tribunal Constitucional ordenó que el caso pasara a la Justicia ordinaria, pues los avances en los tribunales castrenses no estaban dando respuesta a la familia. Para entonces, todos los testigos y presuntos culpables se habían esfumado de la faz de la tierra y la Fiscalía de Yacuiba camina a tientas. La familia y la Defensoría denunciaron encubrimiento.
El 20 de junio de 2013, en el cuartel del Estado Mayor de la Defensa en La Paz falleció una enfermera de 27 años, Janet Zulma Vargas, supuestamente durante una fiesta por el solsticio de invierno, en circunstancias aún hoy no del todo aclaradas. Uno de los citados para declarar resultó ser Franz García que prestaba servicio en el Estado Mayor y sobre quien pendía una orden de aprehensión por el caso Poma, pero que dos años después, no se había podido notificar. La indignación recorrió el Ministerio y García fue llevado de inmediato a Yacuiba (dejando el otro caso también al aire). Hoy, el último imputado por el caso Poma ya está en libertad con medidas sustitutivas.
En una entrevista publicada en El País eN el lunes 22 de diciembre, el padre del subteniente Poma, Andrés Poma indicó que con desesperación y al ver que no había resultados y además que los imputados del caso poco a poco iban saliendo de la cárcel, pidió a los jueces y fiscales que se cierre el caso. “Les dije que cierren el caso porque no hay autoridad, porque no voy a aguantar que sigan utilizando el nombre de mi hijo y que le dejen descansar en paz, pero ellos me dijeron que como Ministerio Público continuarían en el caso, pero ahora veo que no lo harán”, añadió.
Andrés Poma ha vivido un infierno desde que perdió a su hijo. “El día que ha fallecido mi hijo, el Ministro de Defensa me dijo que dos años me iban a pagar el salario básico de mi hijo, luego me dijeron que pasado esos dos años a través de Cossmil (Corporación del Seguro Social Militar), me iban a dar los víveres de mi hijo, y ese sería un derecho que mi hijo iba a recibir”, señala entre lágrimas mientras denuncia que en cada charla o acto le intimidan asegurando que no habrá una sentencia favorable. “Me están diciendo que los derechos que he recibido por dos años de la muerte de mi hijo, es como el resarcimiento de daños; sin embargo, voy a entrar en huelga de hambre en la semana. Además que todos deben saber que me fue a buscar una representante del Ministerio de Defensa, quien indicó que regalaría de su propio bolsillo un quintal de harina, para que pueda hacer pan, sin embargo, luego que dieron todo indican que es como recompensa de lo que le sucedió a su hijo”, mencionó.
El acoso a Ceooly Espinal
Apenas dos semanas después de que el Tribunal Constitucional obligara a la Justicia Ordinaria a hacerse cargo de la investigación de la muerte de Grover Poma y a la castrense a entregarlo, el luto volvió a teñir la Esconbol. El oficial Ceooly Espinal Prieto era velado el 5 de febrero de 2013 en el Estado Mayor y la polémica ya estaba en el aire.
“(En Sanandita) nos dijeron que había muerto por insolación, después de un ejercicio de caminata de seis kilómetros. Pero hemos visto su cuerpo con golpes en toda su espalda, en su rostro. Uno de los testículos está reventado. Estamos indignados, pedimos justicia. Nos dijeron que falleció por insolación, pero Ceoly era muy sano. El informe de defunción habla de un golpe en la cabeza y derrame cerebral. Quisimos hacer una autopsia pero no nos dejaron’” explicó entonces el tío de la víctima, Emilio Prieto, a Página Siete. El Ministerio Público inició una investigación por homicidio culposo, el caso sigue en la nebulosa y mientras la presión volvía a envolver a la Esconbol, su director, Teniente Coronel Miguel Ángel del Castillo, respondía a Prieto en una referencia al último muerto en “acto de servicio” defendiendo el “prestigio” de su institución. ”El entrenamiento que brinda la Escuela al personal militar es riguroso y especializado, es un orgullo para el Ejército y para el Estado Boliviano, contar con esta institución cuya preparación está a la altura de las mejores unidades de élite de la región”.
En ninguna parte del programa de Gobierno o planes militares se contempla una intervención sobre la Escuela de Cóndores de Sanandita, cuyos tres últimos muertos han vuelto a destapar las carencias y excesos, pero que sólo son tres más en una larga lista. La Defensoría del Pueblo, Gladys Sandoval, pide transparencia y control. El Ministerio investiga. Los padres lloran.

Entre la impunidad
y el encubrimiento

En julio de 2013, dos muertes de militares sacudieron Tarija. La primera fue la de Wilkdo Daniel Delgado de los Ríos, que perdió la vida en el Colegio Militar de Aviación de Santa Cruz el 18 de julio. No habían pasado ni cuatro horas del deceso cuando la institución emitió un comunicado lamentando el deceso “accidental” del cadete. Más de dos semanas después, aún no se sabía con certeza si fueron dos o tres disparos del fusil Galil, de fabricación israelí, los que segaron la vida del joven tarijeño. La defensa se apresuró a indicar que Ruddy Álvaro Villegas, imputado por los disparos y Delgado eran amigos, para acto seguido solicitar que el caso se ventilara en un Tribunal Castrense.
Una semana después, el 26 de julio, falleció en el cuartel Eustaquio Méndez de la ciudad de Tarija el conscripto Carlos Flores Churata. Según los primeros reportes, recibió un disparo en la cabeza durante una supuesta instrucción militar. Tras declarar ante la Fiscalía, la instructora fue detenida.
La Fiscalía de Tarija ordenó la detención de la instructora, por ser la presunta autora del disparo que causó la muerte de Churata Flores, y la remitió ante un juez cautelar, luego de recibir sus declaraciones. La instructora recibió medidas sustitutivas a la detención preventiva que cumplió en el mismo cuartel donde sucedió el hecho.
La representante de la Defensoría del Pueblo en Tarija, Gladys Sandoval, expresó su rotunda condena a ciertas prácticas militares, como el encubrimiento o la falta de transparencia.
“La mayoría son casos no esclarecidos, no sancionados. Debe haber una investigación profunda porque no pueden darse la vulneración de los Derechos Humanos en las instituciones militares. Las instituciones militares, cuando pueden dar una lección, lo que hacen es cambiar de un lado a otro a los implicados dificultando las notificaciones – señaló la Defensora - Antes, cada año, estaban muriendo uno o dos en Sanandita. En los últimos tres años han muerto como 20 soldados. Lo más preocupante es que se ataca al más débil, al que no compite igual que ellos. Siempre han dicho que son accidentes, le hemos hecho seguimiento pero no ha habido una declaración en contra de lo oficial. No se ha comprobado que haya habido intencionalidad, porque hubo instrucciones precisas de qué se iba a decir al respecto. No puede haber disparos accidentales cuando hablamos de profesionales en el manejo de armas y que tienen sus disciplinas y protocolos. Debe haber una responsabilidad”.

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