El Gran Corso de Corsos que se realizó ayer en Cochabamba contó nuevamente con la participación creativa y esperada de los premilitares.
En total, participaron 80 fraternidades, las tradicionales y folklóricas hicieron su paso en la tarde, mientras que durante la mañana el público se deleitó con los disfraces, pasos de baile y la gracia de los soldaditos.
Todas las unidades hicieron su entrada con su carro alegórico, entre ellas el Politécnico Militar de Aeronáutica, que destacó por los disfraces de personajes de la película infantil Hotel Transylvania.
Monstruos, zombies, bichos y hasta garotas de Brasil fueron los disfraces más creativos, vistosos y alegres del Corso.
También participaron grupos de taquipayanacus, típico de las pandillas del Carnaval valluno, elegantes comparsas y otros.
Sin embargo, el hecho que empañó la fiesta fue la constante queja de la población que se dio cita para disfrutar y que pasó momentos de frustración ante el elevado costo para el alquiler de tarimas, algunas entre 150 a 250 bolivianos por persona y dependiendo del lugar.
También el desorden y la falta de control adecuado por parte de la Policía Municipal y la Intendencia. Otro hecho que llamó la atención fue el uso por parte de la fraternidad Ovejitas de Villa Obrajes de cuernos de chivo, el grupo deberá presentarse a declarar ante la Policía.
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