El comandante del remolcador TNR-12 que se hundió el 23 de septiembre en el río Paraguay, Edson Mercado, aseguró que la periodista Liliam Ortega, quien falleció ahogada en el naufragio, no abandonó su camarote prácticamente desde que zarparon.
La partida fue a las 16:45 del 22 de septiembre, antes de la cena. El naufragio fue a las 8:10 del día siguiente, después del desayuno.
"Referente al personal de prensa, expresamente a la señora Liliam Ortega Soto, periodista de Aeronoticias, ella permaneció en todo momento en su camarote, pese a que se le invitó (a) cenar y desayunar en el comedor, la misma nunca salió a servirse los alimentos”, informó Mercado a sus superiores en un reporte tras el accidente.
Esta declaración contradice otras que sostuvieron que Ortega fue advertida del naufragio y regresó a su camarote a recoger sus pertenencias. Se dijo que antes de que el remolcador se hundiera desayunó con otra persona, quizás en su misma habitación, porque según Mercado "no salió a servirse los alimentos”.
El lunes 22 cinco embarcaciones de la Armada Boliviana zarparon desde Puerto Quijarro, Santa Cruz, con destino a la capital de Paraguay, Asunción, en una travesía histórica.
La periodista Ortega, junto a su camarógrafo Simón Llanque, iba a bordo del TNR-12, en un camarote que compartía -según Llanque- con una periodista de Bolivia TV. Según la declaración del teniente Mercado esa noche Ortega no salió a cenar.
La mañana del martes 23, Llanque no vio a su compañera en el comedor a la hora del desayuno. Eran las 7:30 aproximadamente cuando fue a verla a su camarote y la encontró allí, junto a su laptop. "Ella me preguntó qué hacía. Le dije que tomaba imágenes. Me dijo ‘haz nomás, yo me quedaré aquí para avanzar en el guión’”.
Llanque se marchó y 40 minutos después ocurrió el naufragio. La chata que empujaba el remolcador se hundió aparentemente porque se llenó de agua. Un buque paraguayo de grandes dimensiones pasó de forma inversa y generó un ola que cubrió la chata. Ésta a su vez jaló a la embarcación por los cables que las unían, ésta se volteó por completo y quedó sumergida.
La afirmación del comandante de la embarcación hundida corrobora la versión de Llanque que fue publicada en este medio el 7 de octubre y en la que añadió que los militares se percataron de los dos desaparecidos (periodista y cadete Rubén Quispe) una hora después del naufragio.
El miércoles 24 de septiembre la Armada Boliviana, con apoyo de militares brasileños, encontraron los cuerpos de Ortega y de Quispe, cada cual en sus camarotes correspondientes. El cadete, supuestamente descansaba después de su turno de guardia la noche antes del naufragio.
Un sumario informativo que no satisface
Descargo El comandante del TNR-12, Edson Mercado, informó que antes del zarpe enseñó a los periodistas el uso del chaleco salvavidas y les hizo dar un recorrido por la embarcación para "que conozcan” el interior de la nave.
Incompleto El Auto Final elaborado por la Armada Boliviana que recibieron los familiares de las víctimas del naufragio fue calificado de "incompleto”. El documento resuelve como último punto que "se ordene un nuevo sumario informativo para establecer con certeza la verdad histórica de los hechos”.
Espera Después del naufragio, el 24 de septiembre se inició un sumario informativo que debía culminar en 10 días. Un mes después se anunció su conclusión, sin embargo, se espera un nuevo sumario que explique las causas del accidente.
"Mi hija no amaba lo material, si estaba en peligro dejaba todo”
Lilian Soto, la madre de la periodista fallecida en el naufragio del 23 de septiembre, Liliam Ortega, dijo estar segura que su hija no regresó a su camarote para recoger sus pertenencias, pues si hubiera habido una voz de alarma ella se habría salvado.
"Hasta ahora no se aclara cómo murió mi hija. Pero la versión del camarógrafo (Simón Llanque) es que ella se quedó trabajando en su camarote y no hubo voz de alarma para que salga. Si ella hubiera sabido que estaba en peligro hubiera dejado todo”, afirmó la familiar.
Añadió: "mi hija no era una persona que amaba las cosas materiales. No, ella amaba la vida. Lo que más decía era ‘las cosas materiales van y vienen, el dinero va y viene, tenemos que preservar la vida’”.
Soto se mostró inconforme con el Auto Final que concluyó la Armada Boliviana en el que se encontró responsabilidades de cinco militares en el naufragio del remolcador TNR-12. Entre ellos está el comandante de la embarcación, Edson Mercado, quien al no estar en su puesto de mando "incumplió su función asignada”.
Pero en ningún momento del documento entregado a los familiares de las dos víctimas: Liliam y el cadete Rubén Quispe, se aclara cómo ocurrió el naufragio y en qué circunstancias perdieron la vida estas dos personas.
"Oficialmente nada queda claro. Pedí que me digan cómo ha fallecido, me dijeron que me iban a volver a llamar”, dijo Soto.
Por el momento, ella espera que los responsables sean procesados como corresponda por la vía militar, no piensa aún en recurrir a la justicia ordinaria. Pero envió un mensaje a las Fuerzas Armadas. "Son la representación de la patria, no podemos hacer este espectáculo en el exterior. No podemos dar esa imagen”, dijo.
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