Ex militar asesino de policías se va a Chonchocoro

Alrededor de las 10:30 en el vuelo 509 de la línea aérea Boliviana de Aviación (BOA), se trasladó desde el penal de Morros Blancos a la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro en la ciudad de La Paz, al ex militar Remberto Escobar, quien fue sentenciado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto por asesinar a los policías Israel Miranda Donaire y Mario Vega Ortega el año 2012.

En el juicio realizado en el mes de abril del año pasado, la juez, determinó sentenciar al ex militar por asesinar a los dos policías quienes intentaron decomisarle su movilidad porque conducía en estado de ebriedad.
El subcomandante de la Policía departamental, coronel Franz Alvarado, informó que por disposición del Tribunal de Sentencia Segundo de la capital, a cargo de la juez Juana Aban Velásquez, el sentenciado Jesús Remberto Escobar Vega, que se encontraba cumpliendo su condena por asesinato, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad en la ciudad de La Paz.
“Este ciudadano ha victimado a dos camaradas policías el 24 de febrero del año 2012 y ahora, por decisión judicial, ha sido trasladado al penal de Chonchocoro, en La Paz será recibido por custodios para ser remitido a ese penal”, añadió.
Indicó que la decisión de llevarlo a otra ciudad fue una determinación judicial y escapa al control de la Policía, y es el Tribunal quien definió su traslado.
“Tengo entendido que hay una disposición que determina que los hechos violentos por los que fue sentenciado son causa suficiente para que sea llevado a una cárcel de máxima seguridad”, dijo.
Antecedentes
Los cabos de policía, Israel Miranda y Mario Rafael Vega Ortega fueron asesinados el viernes 24 de febrero de 2012. Ambos se trasladaron en su patrulla hasta el barrio San Jorge II, donde habían sido alertados por vecinos de la presencia de un vehículo “sospechoso” que estaba merodeando por la zona del mercado Abasto.
Los cabos, por instrucción de la central de Radio Patrullas 110, a las 22:00 se dirigieron al barrio San Jorge II, donde interceptaron un motorizado color plomo, marca Toyota Caldina modelo 1996 y con placa 1825 NDD, a la altura de la parada de la Línea 4 de microbuses.
Al momento de entablar conversación con el sospechoso, los policías le solicitaron la licencia de conducir, quien les dio al momento, luego, le exigieron que baje del vehículo para realizarle un examen visual.
Posteriormente, le informaron que no podía continuar conduciendo en el estado en el que se encontraba, por lo que iban a llamar una grúa para llevarse el vehículo; sin embargo, el infractor se negó a este requerimiento, abandonando el auto.
El hombre se dirigió hacia su domicilio, ubicado a unos veinticinco metros de donde fue interceptado.
Mientras los policías esperaban el camión grúa, el militar salió de su casa con un revólver marca Colt calibre 38 de seis balas, para dispararles a quemarropa al cuerpo de los policías, logrando impactar a uno en el cuello y al otro en la cabeza.
“Al verlos en el piso, procedió a golpearlos con la cacha del revólver ocasionándole a uno de ellos hundimiento en el cráneo”, relató el director de la FELCC de aquel entonces, Jorge Barrero.