Sunday, February 22, 2015

Los premilitares demostraron creatividad en sus trajes y coreografías; las fraternidades folclóricas energía y las comparsas su apego a las tradiciones

Más de 20 mil bailarines de 130 comparsas y fraternidades folklóricas cerraron el festejo del Carnaval en Bolivia con el tradicional Corso de Corsos que presentó una síntesis de las danzas bolivianas, derrochó creatividad y contagió alegría. El presidente Evo Morales participó de la entrada junto al vicepresidente Álvaro García Linera y el ministro de Culturas Marko Machicao.

El primero en abrir el Corso de Corsos fue el alcalde Armando Vargas que ingresó con una comparsa que rescató el Carnaval de antaño con la interpretación de coplas. “Hemos sido muy puntuales. Vimos la alegría de las personas. Este Corso de Corsos es importante para mostrar nuestra cultura”, enfatizó Vargas.

“La vecindad del Cite” en alusión al Chavo del Ocho, “Los Guasones”, “Los Vengadores” y otras comparsas de las unidades militares animaron la entrada. Los premilitares demostraron su ingenio a través de sus disfraces hechos con materiales reciclables. Además, presentaron coreografías amenizadas con música electrónica, cumbia y banda.

El paso de las unidades militares es una de las características del Corso cochabambino. Además, son muy esperadas por la población por su alegría y vivacidad. Entre algunas temáticas que resaltaron están: “Mi Villano Favorito”, “Los Vengadores” y “Plantas contra Zombis”.

El Corso de Corsos alcanzó su cúspide con el ingreso de las fraternidades folklóricas. Los caporales se impusieron con su energía, colorido y la sincronía de sus coreografías. Las lentejuelas y el brillo de los trajes resaltaron la belleza y sensualidad de las danzarinas. Los Tinkus San Simón y Wistus hicieron bailar al público con sus pasos y su actitud de guerreros.

La morenada, los tobas y salay también contagiaron alegría a los asistentes y destacaron la diversidad de la entrada. La riqueza autóctona sobresalió con el pujllay, moceñada y llamerada.

El público aprovechó los baches para jugar con globos y espumas. A lo largo del recorrido se vieron diversas facetas. Por un lado, familias que llegaron temprano a ver el Corso con bolsas con comida y por otro grupos de jóvenes que se atrincheraron en las graderías para saltar, bailar y también cometer excesos.

El presidente Evo Morales llegó al mediodía y observó el paso de las unidades militares. Posteriormente, llegó el Vicepresidente que en todo momento se mostró contento de volver al Corso y se la pasó bailando con las fraternidades.

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